Los 6 lugares más bellos de las Islas Tuamotu

Mítico en todo el mundo, el paso de Tiputa es famoso por la belleza y riqueza de su fauna submarina, absolutamente extraordinaria. Practicar snorkeling o submarinismo te revelará algunos magníficos ejemplares. Rayas, tiburones, jureles, tortugas, delfines juguetones… todo es bullicio bajo el agua. El paso se puede explorar con la corriente entrando o saliendo. Ambos, por supuesto, son excepcionales.

Se alza como una fortaleza natural en medio del océano Pacífico. El atolón de Makatea, en el corazón del archipiélago de Tuamotu, es famoso por sus acantilados, sus rocas blancas y sus impresionantes agujeros en el corazón de la isla. Estos cráteres fueron causados por más de sesenta años de extracción de fosfatos. Una serie de paseos guiados te llevarán a través de estos agujeros, dándote la sensación de estar suspendido en el espacio…

Al paso de Tumakohua, al sur de Fakarava, se le dice “el muro de los tiburones”. La razón es muy sencilla: el lugar está repleto de cientos de tiburones. Muchos tiburones grises, pero no los únicos. Puntas negras, puntas blancas y más. A esto hay que añadir una densidad de peces absolutamente increíble, con innumerables especies, napoleones, meros… Una inmersión absolutamente única.

¿Buscas una experiencia digna de Robinson Crusoe? Has llegado. La playa PK 9 es una de las más bellas de la isla de Fakarava. Aislada y larga, adornada con fina arena blanca, rodeada de agua turquesa y salpicada de cocoteros recostados, la playa del kilómetro 9 es un pedazo de paraíso. Hay algo para todos los gustos, tanto si quieres relajarte, pasear o nadar…

El atolón de Makatea es uno de los más singulares del mundo, con sus escarpados acantilados. El océano susurra al oído de estas cavidades rocosas llenas de sorpresas. A medida que te adentres en la isla, encontrarás varias cuevas de agua dulce. Los bautizos religiosos, las necesidades domésticas o agrícolas, todo tenía una función. Hoy en día, tres están abiertas a los turistas. ¡Podrás darte un refrescante chapuzón!

Cuenta la leyenda que cuando sonó, las olas llenaron el pequeño estanque en el que se bañaba la reina Hina. Antiguamente, la campana de Hina se alzaba sobre una meseta. Un afloramiento coralino de tres metros de altura en el sur del atolón, que desafortunadamente se desprendió en agosto de 1989. Puede que la campana ya no exista, pero la leyenda sigue viva. Este paradisíaco paraje de rocas elevadas es una visita obligada en la isla de Tikehau.